¡Reivindicación! por Manuel Palazón

Manuel Palazón

Hace 45 años se creó el IES Pere Maria Orts i Bosch, cuando todavía no se llamaba así; hasta entonces, la secundaria solo se podía estudiar en el Lope de Vega (y en La Vila, claro). Unos veinte años después, la Generalitat Valenciana construyó otro instituto, el que se llamaría más tarde Bernat de Sarrià (posteriormente se hicieron tres más: el Beatriu Fajardo de Mendoza, El Almadrava y el Mediterrània, situado inicialmente donde se ubica hoy día la EOI). En aquel entonces, hubo un concursillo de profesores del Pere Maria y unos cuantos constituyeron el claustro del  recién  creado Bernat de Sarrià. Pues bien, la Generalitat construyó un edificio anexo y se habilitó como salón de actos, con un buen escenario y 280 butacas, vamos, como un cine. La idea era, y así deberá estar escrito en alguna parte, que ese salón de actos sirviera para todo el Salto del Agua, ya que los demás centros (siete si contamos los colegios de primaria) tuvieran un espacio para llevar a cabo obras de teatro o festivales fin de curso. Al principio fue así, pero, al cabo de los años, la directiva del Bernat comenzó a poner impedimentos para que usuarios ajenos al Bernat utilizaran dicho salón de actos. La cosa fue en progresión: hace unos años, lo alquilaban a otros colegios para hacer diversos actos o lo dejaban gratis si ochenta de sus alumnos asistían a los teatros allí organizados. La excusa o justificación era que no tenían un presupuesto adicional para mantenimiento del salón de actos, y que los que por allí pasan podían ensuciar o deteriorar las butacas. Es posible que tengan razón. Solución: que hagan la correspondiente gestión con la Generalitat (¿o con el ayuntamiento?) para ese presupuesto adicional. Pero que pueda ser usado por cientos de escolares que no disponen  de espacios preparados para ciertos eventos. Caso extremo: hace unas semanas, ochenta escolares del colegio Mestre Gaspar López fueron andando hasta el Centro Social Llorca Linares para asistir a una función de “Teatre a l’escola”. Menos mal que no llovía. Y ante tales dificultades, el Gabriel Miró, por ejemplo,  declinó la participación en dicho programa organizado por la Concejalía de Educación. ¿Eso es de recibo? ¿No hay solución posible? Esa es mi reivindicación.

Manuel Palazón