Me refiero a los políticos. Creo que todos llevan razón cuando expresan sus opiniones y argumentos, porque hablar, hablan muy bien. No me quiero meter en política, pues todo el mundo sabe lo que está pasando, desde los medios de comunicación hasta los espectadores del drama político, social y económico. Hay mucho morbo, y de eso tenemos la culpa todos. Y lo peor que, con cada nueva noticia, más sirve para que los españoles se dividan en sus opiniones. Hay dos Españas, como casi siempre las ha habido (Antonio Machado). “Buena está España”, decía Valle-Inclán hace 100 años en “Luces de bohemia” (y qué actual esa frase). Me limito en mi artículo de hoy a hablar de una obrita de teatro del exiliado Max Aub, en Méjico, después de la guerra civil, autor fallecido hace unos años. Se titula “La botella”; y durante todo el argumento, dos borrachos y más gente discuten sobre si la botella tiene o no tiene etiqueta; incluso llegan a las manos. Finalmente, un poeta-filósofo explica que todos tienen razón porque depende desde dónde miran la susodicha botella; y les demuestra que, haciendo una rotación de la misma, los discutidores cambian de opinión porque están viendo la botella desde otra perspectiva. Y la clave está en que “En este mundo traidor, / nada es verdad ni es mentira; / todo es según el color del cristal con que se mira” (creo que estos versos los escribió Quevedo, el sarcástico y pesimista autor barroco). Por último, me refiero a las discusiones entre españolitos de a pie, cuando defienden sus tesis desde sus puntos de vista. Al final de la obrita en cuestión, la botella coge la palabra y dice que todos tienen razón, incluso en negar la existencia de la botella si así lo consideran.
Manuel Palazón