Me viene a la memoria aquel poema de Miguel Hernández donde habla de lo poco que traen los Reyes a los niños pobres. Y lo relaciono con la situación desesperada de tantos niños que no tienen ni siquiera para comer, no sólo por las actuales guerras, sino desde siempre, en muchos lugares del planeta. Como para recibir juguetes… Mientras en la sociedad occidental civilizada llevamos una relativa vida muelle, infinidad de sitios están abandonados de la mano de Dios. Y a veces discutimos y nos peleamos por cosas aparentemente nimias, o de importancia -no lo niego-; sin ir más lejos lo que nos cuenta la tele a diario sobre los políticos, no sólo de España, sino de países varios. Hay catástrofes naturales, como los seísmos, las inundaciones, los incendios, el calentamiento del planeta… difícilmente evitables (¿no es como las antiguas plagas que Dios enviaba a Egipto?) Lo que sí se podría resolver de una vez por todas es la alarmante tasa del paro (sobre lo que habría mucho que decir), la vivienda digna para todos, el control de los emigrantes, las discusiones políticas por continuar en el cargo, por ser más rico, por controlar a los demás. Desde nuestra óptica, casi todo va bien: conciertos navideños, abundancia de comida, viajes y excursiones; y ahora los regalos de los Magos, para niños y mayores, nos hayamos portado bien o no tan bien. Y de aquí al Carnaval, a la cena de San Valentín, al paripé de la Semana Santa… En fin, ¡Feliz día de Reyes!
Manuel Palazón