El lavadero municipal totalmente rehabilitado y el antiguo acueducto conocido como “Aqüeducte dels Molins”, considerado un espació arqueológico de especial interés, se han recuperado para formar parte de la memoria hidráulica de Finestrat.
El alcalde de Finestrat, Juanfran Pérez Llorca, junto a la corporación y representantes de asociaciones locales visitó este conjunto arquitectónico recuperado en su totalidad.
Se trata de dos construcciones, separadas por apenas 2 metros, que se encuentran en la subida a la Font del Molí, a los pies del Puig Campana.
Desde la década de los 40 en pleno siglo XX cumplieron sus funciones de lavadero, con gran afluencia de vecinos de Finestrat, y de canalizador de las aguas.
“Era un proyecto que teníamos especial interés en llevarlo a cabo porque en la memoria colectiva de Finestrat, el lavadero sobre todo, cumplió durante parte del siglo XX una gran función.
Pérez Llorca rememoraba la historia de este espacio: “eran decenas de mujeres las que subían diariamente a lavar, era un centro social y de reunión, pero la modernización y los cambios en el bienestar lo relegaron poco a poco y lo dejaron sin funciones”. Aunque se lo tomaba como una apuesta: “hoy le damos un nuevo sentido a este lavadero con esta rehabilitación”.
Respecto al acueducto, el alcalde ha explicado que data de la época islámica y que “conseguimos recuperar todo el entorno, con el fin de que también sea uno de los atractivos turísticos de Finestrat, ya que no olvidemos que está ubicado en la subida a las rutas que coronan el Puig Campana”.
Las principales actuaciones que se han llevado a cabo en el lavadero han sido la retirada de la nave que lo cubría y que estaba compuesta por un material a base de fibrocemento y que se ha sustituido por una nave de madera.
Igualmente, se ha actuado en el interior para sanear todos los muros, manteniendo las acequias originales y el lavadero propiamente dicho.
En el caso del ‘Aqüeducte dels Molins’ se ha rescatado una antigua bóveda en su interior que hoy puede contemplarse desde el mismo lugar. Datado de la época islámica, durante siglos sirvió para regar los campos de la zona, así como para el funcionamiento de algunos molinos de los alrededores.
En esta instalación se ha actuado en la recuperación, limpieza, conservación, catalogación y puesta a punto, utilizando siempre materiales de las mismas características que los originales.
“No todo son grandes obras”, argumentaba el alcalde a la vez que explicaba que “en Finestrat tenemos obras de desarrollo y de crecimiento como puede ser la renovación de la Avenida Benidorm o la canalización del barranco de La Cala, pero al mismo tiempo hay obras que ponen en valor nuestras costumbres y nuestras señas de identidad”.
“Es lo que hemos querido hacer en estos dos edificios, ponerlos en valor para divulgarlos entre las generaciones más jóvenes”, manifestó Pérez Llorca, que concluyó avanzando que se va a seguir trabajando en esta dinámica “para recuperar otros espacios como la caseta del Frare o La Torre”.
Además del interés turístico también se pretende que el lugar forme parte del legado divulgativo del patrimonio histórico del municipio para las actuales y futuras generaciones. Y es que, el lavadero municipal y el acueducto están incluidos en el catálogo de bienes y espacios protegidos del patrimonio cultural del municipio de Finestrat.
El importe de las obras de recuperación ha ascendido a 160.000€, contando con financiación de la Conselleria de Vivenda i Arquitectura Bioclimàtica de la Generalitat Valenciana y la colaboración del Ayuntamiento.
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