Acabar las obras del frente litoral de Altea sin paralizaciones y con el proyecto actual es el objetivo para asumir la prórroga aceptada por el Ministerio para la Transición Ecológica.
Según el Ayuntamiento de Altea, tanto para el propio consistorio como para el Ministerio se ha convertido en una prioridad finalizar la regeneración de la fachada marítima alteana.
La subida generalizada de precios y los efectos de la guerra en la economía, así como los retrasos en los suministros, están dificultando a las empresas el cumplimiento de las condiciones pactadas.
Es por ello que la constructora ha solicitado en dos ocasiones modificar el contrato, así como revisar los plazos de las obras.
En la primera ocasión, en el mes de febrero, se desestimó y se le abrió un expediente disciplinario. En la segunda modificación, presentada en abril, el Ministerio admitió una prórroga de cinco meses, alargando la fecha de finalización de las obras hasta el 27 de octubre.
“Las condiciones de los contratos con las administraciones públicas son estrictas y las adjudicaciones de obras previas a la invasión de Ucrania hace que la mayoría de empresas pasen por una situación complicada para cumplir con las condiciones firmadas”, ha comentado el alcalde de Altea, Jaume Llinares.
La aceptación de esta prórroga en las obras del frente litoral implica cambios de fecha, pero no modifica el resto de las condiciones, y por lo tanto no se incrementa el coste de la obra.
“La dificultad de suministros ha obligado a recurrir a veces a materiales similares a los que habían contemplados al proyecto inicial, sin embargo, como también contempla el contrato, tienen que cumplir con las mismas condiciones técnicas que los originales“, detallaba Llinares.
En este sentido, el alcalde alteano ha afirmado que “hemos recurrido a una supervisión externa para controlar estas cuestiones“.
Jaume Llinares ha subrayado que “todas las previsiones indican que tendremos una buena temporada turística, pero es obvio que las obras complicarán el uso de las terrazas en la zona afectada”.
Las obras se están realizando con recursos públicos y en suelo público. El Ayuntamiento está obligado a mantener unas condiciones que garanticen la seguridad en la zona de obra.
En esta línea, el Ayuntamiento de Altea ha negociado el uso parcial de los tramos donde se acabe la pavimentación, para el uso de terrazas y ampliar la zona destinada a los peatones, a medida que avance la obra.
El alcalde ha señalado que a los establecimientos afectados no se les cobrará tampoco este año la ocupación de las terrazas. Éstos llevan sin pagarlo desde 2020, a causa de las restricciones del covid.
“Vivimos en una sociedad globalizada y a veces las circunstancias internacionales nos afectan inevitablemente, pero tenemos la confianza que a la finalización del frente litoral, Altea mejorará su oferta turística y la calidad de vida de nuestros ciudadanos con la nueva playa y el nuevo paseo, lo cual nos permitirá afrontar el futuro con mayor fortaleza”, ha concluido Jaume Llinares.
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