Hemos vivido varios días de fiesta y jolgorio: la festividad de la Virgen del Carmen y la de San Jaume, con sus tracas, sus misas y procesiones, su música; todo un éxito de público y diversión, de participación y devoción. Admirable. Pero hay otras actividades, también admirables, que pasan casi inadvertidas, y yo les doy mucho valor; por ejemplo, el viernes 26 varios usuarios de AFEM llevaron a cabo un teatrillo, con sus bailes, sus chistes, sus diálogos. Como es bien sabido, estoy hablando de la Asociación de Familiares y Enfermos Mentales de Benidorm. Cada uno de los intervinientes, según su capacidad mental y sus limitaciones, hicieron lo posible para hacernos pasar un rato divertido, en la Casa del Fester, para unas cien personas, incluidos tres concejales del ayuntamiento. Vaya por delante mi admiración y respeto, y, sobre todo, el trabajo de su monitora de teatro, Sonia Padilla, y de la incansable presidenta, Pompe Muro. En esta ocasión, la entrada era gratuita e, incluso, usuarios y público se vieron recompensados con una picaeta al final de la actuación. AFEM necesita el apoyo de las instituciones y del público para llevar a cabo su función social, y lo está consiguiendo. Hace una semana, contaron con la colaboración de Canela pura y el ballet de María José Moya para obtener fondos para su causa (en el Óscar Esplà). Y para el 10 de octubre (Día de la salud mental) ya me han “contratado” para hacerles un teatro en el salón de actos del ayuntamiento, donde fácilmente pueden sacar 1000 euros de beneficio para sus necesidades. (Ya el 4 de junio les proporcioné otra función teatral: “Una tarde con Chéjov”; ¿se acuerdan?). Ojo: y lo mismo que hablo a este tenor de la buena causa de AFEM, me refiero a otras instituciones, como Anémona, ASMIBE, Lucha contra el cáncer, AERBECO, Cáritas, etc. etc. Saben que cuentan con el ayuntamiento, con un público fiel y con grupos de teatro, como el mío, que nos volcamos desinteresadamente para mejorar sus economías.
Manuel Palazón