“De Nuevo Moros y Cristianos” por Manuel Palazón

Con fuerzas renovadas, las filaes moras y cristianas se aprestan para salir a las calles de Benidorm a hacer fiesta, después de dos años de pandemia.

Cierto es que, con presupuestos mermados y escasez de participantes, las fiestas no van a ser como en ediciones anteriores; pero todo ello es suplido por la voluntad y la fortaleza de espíritu de unos pocos que antes darían la vida que finiquitar unas fiestas multicolores, de música y atractivo para el turista visitante.

Con decir que este año no hay cargos festeros, salvo los representados por los embajadores moro y cristiano… Después del habitual concierto festero del pasado 24 de septiembre, el programa contempla la invasión de los moros en la playa de Levante el jueves por la noche, con diálogos, torneo y lucha de los dos bandos; las embajadas y combates del viernes en la Plaza del Ayuntamiento; la espectacular entrada del sábado por la noche por las principales calles de la ciudad; y la lectura del Parlamento de Paz de Pere Maria Orts y Bosch el domingo por la mañana. Como digo, el escaso presupuesto no da para demasiados alardes; de hecho, por problemas que no vienen al caso, no se ha podido montar el castillo de otras veces en la Plaza Triangular, sino una miniatura alquilada en la Plaza del Ayuntamiento, meramente simbólico, ya que ni el embajador de turno ni su escolta podrán subir a él para distanciarse de las tropas que avanzan; es simplemente un adorno, bonito sí, pero del país de los enanos. Los embajadores defenderán su papel a pie de calle, rodeados del público espectador.

Esperemos, al menos, que haya música, pólvora y colorido como siempre. Pese a todos estos inconvenientes, la fiesta sigue y prosigue. ¡Ánimo, festeros! ¡Que no decaiga nunca!

Manuel Palazón